miércoles, 22 de abril de 2009

La Cacica Guatavita
“Guatavita era el nombre de uno de los más poderosos caciques muiscas, cuya esposa principal fue sorprendida por él mismo en delito de adulterio. El cacique hizo matar a su rival y obligó a su esposa a comer en público el corazón asado de su amante. Asustada, la cacica tomo en brazos a su hija y húyo hasta la laguna de Guatavita donde se arrojo. El cacique, arrepentido, pidió a un sacerdote que rescatara a su mujer y a su hija con sus poderes mágicos. Pero todo fue inútil.

La cacica entonces se convirtió en la diosa tutelar de la laguna a quien los muiscas, supremos cultores del agua desde los albores mismos de su civilización, trasformaron en un adoratorio de cuatro kilómetros de circunferencia, 400 metros de diámetro y 20 metros de profundidad a una altura de 3199 metros sobre nivel del mar, en donde, por medio de los sacerdotes o chuques, tributaban diferentes ofrendas a la diosa tutelar, quien, en forma de serpiente , de tiempo en tiempo salía para recordarle a la gente la necesidad de plegarias, para renovar su fe, y para exigirles sacrificios y ofrendas de toda especie.

Las ofrendas se hacían por lo general en figurillas de oro, traídas por los creyentes y entregadas a los sumos sacerdotes, intermediarios de la diosa del agua, lo que hacían mediante un ceremonial religioso, para luego arrojarlas al fondo de la laguna, donde vivía la diosa que satisfecha con las plegarias y ofrendas, aplacaba su cólera, otorgaba perdón y era generosa con quienes la veneraban.

Este notable suceso posteriormente daría origen a la ceremonia religiosa y política, conocida desde la colonia hasta hoy, como la leyenda de El Dorado.”
Escrito por Gildardo Tovar, on 05-12-2007 18:57

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